Filipinas en 15 días

La capital de Filipinas es un crisol de culturas e historias. Tras dejar las maletas en el hotel, te proponemos recorrer Intramuros, el casco antiguo amurallado, y descubrir el legado colonial de la isla. Al caer la noche, acércate a uno de los modernos restaurantes de Makati para explorar la sabrosa comida local.

Como buena megalópolis asiática, Manila está llena de contrastes, largos desplazamientos, tráfico frenético y gentes diversas. Te invitamos a explorar en profundidad la ciudad comenzando por su centro histórico. Por la mañana, visita el Fuerte de Santiago, la Catedral y Casa Manila (un museo sobre el estilo de vida colonial). Por la tarde, adéntrate en el bullicioso mercado de Divisoria o recorre las galerías, restaurantes y bares del barrio de Población, el distrito de moda.

El tercer día te proponemos una escapada a Tagaytay para disfrutar de las vistas del volcán más pequeño del mundo, y también uno de los más activos. Para completar la experiencia, puedes navegar por el lago en una bangka tradicional y ascender al cráter, que se encuentra a unos 400 metros.

Toma un vuelo a Bohol desde la vecina Cebú y disfruta de la espectacular vista aérea. Tras instalarte, explora Panglao Island, famosa por sus playas de arena blanca y sus puestas de sol. Por la tarde, te invitamos a adentrarte en el lado más espiritual de la isla, visitando los santuarios —donde podrás admirar a los emblemáticos tarseros filipinos, pequeños primates de ojos saltones— y los fascinantes restos de las iglesias españolas.

Descubre las Colinas de Chocolate, un paisaje de cuento que se extiende sobre la provincia de Bohol: cientos de montículos casi simétricos, cónicos y en forma de domo, que se elevan sobre la llanura. En la estación lluviosa, la vegetación cubre las colinas de un verde exuberante. En verano, cuando la flora muere, adoptan un tono marrón dorado al que deben su nombre, ya que semejan bombones de chocolate.

No te pierdas el crucero por el río Loboc mientras disfrutas de un almuerzo típico filipino con música en vivo. Al final del trayecto tendrás la oportunidad de sumergirte en las cascadas de Busay, un goce para los sentidos. Por la tarde, explora los pequeños pueblos rurales y sus iglesias coloniales.

Toma un ferri a la isla de Cebú y disfruta del espectacular paisaje costero. Aprovecha el día para descansar o pasear por la ciudad, visitando la Basílica del Santo Niño, considerada un lugar de culto sagrado; el Templo Taoísta, de inspiración china; y el Fuerte de San Pedro, más antiguo y pequeño que el de Manila.

La isla de Cebú es uno de los enclaves más hermosos del país. En esta localidad, te proponemos enfundarte el traje y las gafas de buceo y subirte a una canoa para nadar junto a los tiburones ballena. ¡No te preocupes! Son totalmente inofensivos y solo comen plancton. Si prefieres una experiencia menos turística, puedes explorar las cascadas de Kawasan y disfrutar de un relajante baño en sus impresionantes aguas turquesas.

Viaja a la isla de Palawan, considerada una de las más bellas del mundo. Instálate en Puerto Princesa, la capital, donde bulle la vida entre cruceros de lujo, tiendas de artesanía local y restaurantes en los que se sirven los platos filipinos más populares. No te pierdas el paseo por el Museo de Palawan, donde se muestran exposiciones sobre el pasado de Filipinas, así como de la historia cultural de la región.

Visita el precioso Parque Nacional del Río Subterráneo de Puerto Princesa, Patrimonio de la Humanidad. Para llegar hasta la entrada al río subterráneo puedes tomar un barco desde la ciudad de Sabang. Una expedición en barca por sus cavernas es una experiencia inolvidable en la que descubrirás pequeñas cascadas, pozas de agua cristalina, canales turquesas y una rica biodiversidad marina.

Toma la carretera hacia El Nido, el verdadero tesoro de Palawan. Por la tarde, te proponemos reponerte del viaje, disfrutando de tu primer atardecer en sus playas de ensueño y aguas tranquilas.

El segundo día en El Nido te invitamos a subirte una bangka (canoa tradicional) y navegar por las islas y lagunas de Bacuit Bay: Small Lagoon, Big Lagoon y Secret Beach son imprescindibles. Aprovecha la travesía para bucear entre tortugas marinas y peces de colores de todas las formas y tamaños.

Aguas turquesas, arena blanca, pequeños islotes de un verde eléctrico y palmeras que se contonean bajo el sol… Para muchos, El Nido es el último paraíso en la tierra. Por eso, te proponemos pasar el último día relajándote en sus playas, practicando piragüismo o simplemente disfrutando del delicioso pescado a la parrilla en alguna taberna local.

Se acerca el final del viaje y estamos seguros de que quieres volver a casa con un sinfín de recuerdos que te ayuden a rememorar cada momento de esta increíble experiencia. En Manila encontrarás desde sofisticados centros comerciales, como Greenbelt, hasta mercados tradicionales, como los de Salcedo y Baclaran —donde la artesanía se convierte en arte—, sin olvidar los fabulosos mercados gastronómicos, como el de San Andrés.

Sabemos que el día de vuelta está marcado por la urgencia de llegar con tiempo suficiente al aeropuerto para no tener ningún contratiempo en el viaje. No obstante, si te lo puedes permitir, tómatelo con calma y disfruta de un último paseo por el hermoso Parque Rizal o por el Manila Baywalk, el paseo marítimo que va desde el Club Marítimo hasta la zona este de la ciudad, con una de las vistas más impresionantes del litoral.