China está considerada la civilización más antigua del mundo y existen muchas formas de adentrarse en su cultura. Nuestra especialidad es diseñar un viajes personalizados y sin salirnos del presupuesto establecido. Te proponemos un itinerario de 15 días para viajar a China, para que puedas hacerte una idea concreta de...
Llegar al otro lado del mundo para descubrir un destino fascinante bien merece un pequeño sacrificio. Sí, no te vamos a engañar, el primer día de tu viaje a China lo pasarás entre taxis, terminales y estaciones de metro, hasta llegar al hotel que hemos reservado para ti en Pekín.
El primer día en la capital, te invitamos a recorrer sus calles y descubrir esta ciudad de contrastes, donde conviven modernos rascacielos con las construcciones tradicionales de los populares hutongs, los callejones que conforman el casco antiguo. La forma más cómoda y rápida de moverse es en metro o rickshaw.
Hoy toca calzarse unas zapatillas cómodas y recorrer el espléndido patrimonio cultural de la ciudad: el Palacio Imperial, con una impresionante colección de arte y cultura de la época; El Palacio de Verano; junto a la plaza de Tian An Men; y el Templo del Cielo, ubicado en el interior de un majestuoso parque.
Si estás en Pekín, una visita obligada es la Gran Muralla China, uno de los monumentos más emblemáticos del mundo. Con más de 21 000 kilómetros de extensión, este patrimonio de la humanidad ofrece impresionantes vistas panorámicas y una experiencia inolvidable.
La ciudad de Xi’an fue una pieza clave de la famosa Ruta de la Seda, convirtiéndose rápidamente en un gran centro de arte, comercio, política y tradiciones chinas. Para llegar a ella desde Pekín, te proponemos la mejor inmersión cultural: viajar en «tren bala».
Las primeras horas de la mañana son ideales para explorar el monumento más espectacular de Xi’an: el Ejército de Terracota. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, este yacimiento arqueológico de la dinastía Qin (221 a. C.) está compuesto por 8000 soldados de tamaño natural, 130 carros y 670 caballos.
Nanjing o Nankín, antigua capital de diez dinastías o reinos, es hoy una impresionante metrópoli envuelta en un paisaje de postal (o de grabados chinos). Además de visitar el espectacular mausoleo del fundador de la dinastía Ming, te recomendamos explorar la ciudad y probar la deliciosa gastronomía.
Hoy te proponemos colgar la mochila, tomar asiento y contemplar relajadamente el paisaje desde un crucero por el río Yangtzé. El deshielo de la meseta tibetana de Qīnghǎi es el origen de este poderoso afluente. El río más largo de China atraviesa el país de oeste a este y alcanza su apogeo en las Tres Gargantas, un espectáculo magnífico de la naturaleza.
Hangzhou fue capital imperial durante 200 años (960-1279), por lo que conserva un valioso legado arquitectónico que se concreta sobre todo en los jardines y palacios del Lago del Oeste. En tu primera noche, no olvides detenerte en un puesto callejero para disfrutar de los deliciosos platos tradicionales de la zona, como el tang jiao, pequeños atadillos de pasta rellenos de carne y sopa.
Una de las visitas imprescindibles es la pagoda de Leifeng (del siglo X), situada en el sur del parque sobre la Colina del Atardecer, con sus cinco pisos de altura y su característica forma octogonal. A la salida, continúa hasta el templo budista de Lingyin (o Retiro del Alma), otra de las joyas de Hangzhou.
En la provincia de Jiangsu, en torno al delta del Yangtsé, el rey He Lü erigió Suzhou en el 514 a. C. Desde entonces, el pueblo chino ha intentado dominar sus aguas, dando lugar a lo que se conoce como la Venecia china, una de las poblaciones más bellas de Asia. Un paseo por sus jardines te hará sentir en el paraíso.
Desde rascacielos futuristas hasta antiguos templos, Shanghái tiene tanto que ofrecer que necesitarás al menos dos días para descubrir lo esencial. El primero te proponemos la siguiente ruta: pasear por el malecón, disfrutar de las vistas panorámicas de la Torre Jin Mao y recorrer el casco antiguo de la ciudad.
Se acerca el final del viaje y estamos seguros de que quieres volver a casa con un sinfín de recuerdos que te ayuden a rememorar cada momento de esta increíble experiencia. Por eso, en tu último día en Shanghái, te recomendamos visitar la avenida Nanjing, principal calle comercial, y despedirte de la ciudad con un paseo en barco por el río Huangpu.
Sabemos que el día de vuelta está marcado por la urgencia de llegar con tiempo suficiente al aeropuerto para no tener ningún contratiempo en el viaje. No obstante, si te lo puedes permitir, tómatelo con calma y disfruta de un último desayuno al más puro estilo chino: té verde, dim sum, sopa de fideos y deliciosos dumplings rellenos de carne de cerdo o pescado.
Cada aventura es una oportunidad para descubrir lo desconocido, ampliar mis horizontes y aprender algo nuevo. Al viajar, me desconecto de la rutina y me sumerjo en la diversidad del mundo, desde los paisajes impresionantes hasta las culturas vibrantes y las historias únicas de cada lugar. Me encanta la emoción...
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De forma general, la mejor época para viajar abarca desde abril hasta octubre, con temperaturas agradables y menor riesgo de lluvias intensas en todo el país. El invierno (de noviembre a marzo) suele ser frío en el norte, mientras que en el sur el clima se mantiene más templado.
La moneda oficial de China continental es el yuan chino (CNY), también denominado renminbi (RMB). En las ciudades y zonas más turísticas se acepta sin problema las principales tarjetas de crédito internacionales. También es muy común el uso de aplicaciones de pago digital como WeChat o Alipay.
En China la cultura de la propina no está tan extendida como en otros países asiáticos. No obstante, poco a poco se va aceptando y no está mal visto ofrecer una gratificación voluntaria a guías y conductores si el servicio ha sido satisfactorio.
Las normas sociales chinas ponen el acento en el respeto a la jerarquía, la amabilidad y la concordia. Por eso, es muy importante mostrar deferencia hacia las personas mayores, evitar el contacto físico y ser puntual. El saludo más habitual consiste en una leve inclinación de la cabeza, aunque con extranjeros está aceptado estrechar la mano.
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