Viajar a Miami es como encontrar un pedazo de trópico en Estados Unidos. Pasear por Ocean Drive, bordeando el paraíso surfista de South Beach, es una delicia tanto por el día, cuando el sol y los patinadores inundan el paseo, como por la noche, con sus edificios coloridos e iluminados tan típicos de Miami. Adentrarse en Little Havana es aspirar el olor a hoja de tabaco, a ron de caña, a vida tropical. El aire cubano que se adueña de las calles es la esencia del carácter de este barrio moldeado con la alegría de los inmigrantes de la cercana Cuba. En el centro de la ciudad, conocido como Downtown, los rascacielos y los edificios más antiguos se entremezclan junto al maravilloso Bayfront Park.
“¿Sabías que solo se puede acceder a Key West a través de una carretera que flota sobre el océano?”
¿Nunca te has imaginado navegando por el Parque Nacional Everglades? Además del paisaje insólito podrás ver especies amenazadas que tienen su hogar en esta zona pantanosa. Coral Gables es otro de los lugares casi obligatorios que ver en Miami, con la enorme Venetian Pool y el aire mediterráneo y colonial de sus mansiones. Porque sí, en un viaje a Miami te encontrarás mucho lujo, pero también arte urbano y un ambiente joven, como el de Fort Lauderdale, o pintoresco como el de Key West. ¡Anímate a conocer el paraíso de la Costa Este de Estados Unidos!