Bram Stoker nos hizo sentir el mito de Vlad Tepes -Drácula- en nuestra propia piel, describiéndonos a la perfección, gracias a su envidiable imaginación, el majestuoso Castillo de Bran. Lo más curioso de todo esto es que lo hizo sin viajar a Rumanía en ningún momento de su vida y, aunque Vlad “el Empalador” nunca vivió en él, sí que permaneció preso en uno de sus calabozos algunos días durante la invasión de los turcos. Esto y su gran parecido con el castillo de la novela de terror, hacen que este lugar sea una parada fundamental ¡para seguir los los pasos de Drácula por Rumanía!
"Castillos de película, parque naturales de ensueño y tradición gitana"
Otra curiosidad que descubrirás también al visitar el castillo en tu viaje a Transilvania, es que esta mansión medieval está construida sobre una roca, ¡a nada menos que 200 metros de altura!, donde anteriormente se alzaba una fortaleza teutona. A tan solo 25 kilómetros de Brasov, en un entorno natural alucinante y envuelto en un halo de misterio, el Castillo de Bran es todo un imprescindible en cualquier viaje a Rumanía. ¡Atrévete a perderte por sus pasadizos subterráneos y descubre alguna de sus 60 habitaciones!