Interminables arenales, playas salvajes, recónditas calas y pueblecitos blancos… Un viaje al Algarve es amor a primera vista y todas sus fotos son una postal. ¿Lo mejor? Perderse entre los tonos de azul del océano, dejar volar la mente nadando en sus aguas y descubrir maravillas en sus cuevas marinas y grutas ocultas repartidas por toda la costa... Explorarla en barco es navegar un laberinto de rocas erosionadas que forman arcos naturales, como en Playa da Marinha, ¡una de las más bonitas de Europa! Y es que nunca te habían puesto tan fácil ser feliz.
“¿Sabías que el Cabo de San Vicente es el punto más occidental de toda Europa?"
Uno de los pueblos que hay que ver en el Algarve, por su bonito centro histórico e influencia árabe, es Lagos. Una ruta te llevará desde allí hasta Ponta da Piedade por un camino de ensueño de acantilados con rocas de tonos dorados que forman una combinación perfecta con sus aguas turquesas. ¡Un auténtico espectáculo visual! Encontrar el lugar ideal para contemplar el más bello atardecer y no dejar de probar sus platos más sabrosos de arroz caldoso o sardinas a la parrilla… ¿Le puede faltar algo a una escapada al Algarve? ¡Solamente que digas que sí!