Viajar a Israel es adrentarse en un terreno de maravillosas contradicciones; por un lado, la mezcla cultural, la religión siempre presente y la emoción de pasear por las calles de Jerusalén descubriendo sus lugares santos y disfrutando de sus mercados tradicionales, como Machane Yehuda; por otra parte, Israel es modernidad, tecnología en estado puro y ¡el único país de Oriente Medio que visibiliza la liberación homosexual! Si no... que se lo digan a Tel Aviv. En esta ciudad bañada por el Mediterráneo conviven en perfecta armonía los edificios templarios y el puerto de Jaffa, con la innovación tecnológica y un inmejorable ambiente nocturno.
"Seguro que sabías que en Israel se escribió la Biblia, pero...¿a que nadie te ha contado que fue el primer país de Oriente que luchó abiertamente por los derechos de la mujer?"
¿Te imaginas flotar en el punto más bajo del mundo? El Mar Muerto es el destino perfecto para terminar un viaje a Israel, un spa gigante que no tiene precio y que, de tenerlo, no sería comparable a su valor. Para los más activos, Eilat, al sur de Israel, es el lugar ideal para practicar deportes acuáticos en el Mar Rojo. Como se suele decir: para gustos los colores. Y en la Tierra Prometida...¡no escasean!