¡Bienvenido al país del Himalaya! Viajar al Tíbet es confirmar la existencia de ese paraíso espiritual del que tanto hemos oído hablar, hallar un mundo nuevo por encima de las nubes y ¡observar a la civilización desde el techo del planeta! Esta región perteneciente a China conserva aún una tradición y un fervor budista imposibles de encontrar en ningún otro lugar del mundo. Pasea por el Palacio de Potala o el Monasterio de Tashilunpo para sumergirte, gracias a su arquitectura, en una cultura única alejada de todo convencionalismo, mientras recorres las antiguas moradas del Dalai Lama y del Panchen Lama. Mezclarse con su gente es ser testigo directo de una alegría y una calidad humana ¡con la que pocos destinos pueden competir!
"En el Tíbet es costumbre regalar un trozo de seda llamada “hada” que representa pureza y buena suerte"
Aunque, sin duda, si hay algo que sorprende del Tíbet es el respeto de su gente hacia el medioambiente. La carne no se prueba a menos que el animal haya muerto ya a causa de la edad. ¡Con razón están tan felices los yaks! Y es que esta región autónoma de China es un oasis de tradición que llena de luz un mundo invadido por la modernidad ¡Anímate a conocer el rincón más tradicional y especial de la Cordillera del Himalaya!