La Reserva de Moremi, delimitada legalmente como zona protegida, no solo acoge en su interior una importante parte del Delta de Okavango, sino que se configura a sí misma como todo un santuario para la vida salvaje. La sabana se mezcla con pequeños bosques de gran densidad, en los que se pueden ver multitud de animales (¡incluidos los monos!). Una de las mejores estampas que ofrece la reserva es el “baile de las cebras” cuyo nombre hace referencia a la siesta de estos preciosos animales, apoyando sus respectivas quijadas en el lomo del otro.
"La presencia de los nativos Basarawa ha logrado que el Parque Nacional se convierta en Reserva"
Visitar la Reserva de Moremi es conocer África en estado puro, con sus senderos de arena y grava y sus caminos de asfalto. Por si esto fuera poco, es un lugar ideal para los safaris, y no estoy hablando solo de los diurnos. Por la noche, cuando el silencio cubre la ciudad, es cuando mejor se pueden ver las manadas de licaones, uno de los cazadores más efectivos del mundo, dificilísimo de avistar y en peligro de extinción. Aunque si lo que nos interesa es captar una de las mejores fotos de toda África, no hay nada que iguale a un safari aéreo, sobrevolando los brazos infinitos del Delta del Okavango. ¿Te animas a conocer la tierra de los Basarawa?
