

Como un faraón
Viajar a Egipto en Semana Santa es adentrarse en la tierra de los faraones, en la cuna de la civilización. Como buen país de contrastes, Egipto son las caóticas calles de El Cairo y las tranquilas aguas del Nilo, pero, sobre todo, Egipto es la imponente Esfinge de Giza y las majestuosas Pirámides, convertidas en una de las maravillas del mundo. Dará igual todo lo que hayas imaginado antes. ¡Hay que verlas para creerlas!
Pero Egipto es impresionante en cada rincón. Porque viajar a Egipto también es visitar el templo de Abu Simbel y pisar la arena del desierto más grande del mundo. ¡Con suerte puede que veas hasta un espejismo! Pero Semana Santa es la oportunidad perfecta para sumergirse en las aguas del Mar Rojo y bucear en uno de los fondos marinos más ricos del mundo. ¿Te animas con un viaje tan faraónico?
¡Vete preparando la maleta!