Un viaje a las cataratas del Niágara es un viaje a la frontera entre dos países: Estados Unidos y Canadá. Porque sí, porque hacer una excursión a las cataratas desde Nueva York -y otras ciudades estadounidenses- también es posible. Recorrer los 600 kilómetros que separan La Gran Manzana de unas de las cataratas más famosas del mundo es sentir cómo el ruido del agua al caer a más de 60 metros de altura eriza la piel. Porque ya lo dice su propio nombre: Niágara, trueno de agua. ¿Preparado para este sonido casi ensordecedor?
“Tan solo una pequeña isla hace de frontera entre el lado canadiense y el americano en las cataratas con más volumen de agua del mundo”
Hacer una extensión a las cataratas del Niágara es poner la guinda del viaje pisando una de las maravillas de la naturaleza más impresionantes del mundo, con más de 10.000 años de antigüedad y de origen glaciar. De hecho, este accidente geográfico es un conjunto de tres catataras: la canadiense de Ontario, la estadounidense de Nueva York y la más pequeña de todas, el velo de la novia. ¿Nos vamos de viaje a las cataratas con más agua del mundo?