Murcia es romana, árabe y medieval. Murcia es tradición y morada del peregrino. La región de Murcia tiene un pedacito de cielo en Caravaca, Ciudad Santa de la Vera Cruz que aguarda la batalla de Moros y Cristianos. Porque Cartagena y sus tesoros romanos te hacen viajar a los tiempos de Cartago Nova y te infunden las ganas de volver a la túnica blanca, sedosa y veraniega. Porque Cartagena también es el museo arqueológico subacuático, uno de los sitios que hay que visitar en Murcia.
“Con 300 días de sol al año y playas aún vírgenes… ¿quién no quiere bautizar la suya?”
Una escapada a Murcia es subir al santuario de la Fuensanta y encontrar la calma respirando naturaleza a los pies del monasterio y admirando el Parque Regional de Carrascoy y El Valle. Porque la huerta de Murcia es la huerta de España bañada por el Segura que aguarda la primavera con ansias de El Bando. Porque Murcia se disfruta en la Plaza de las Flores tomando una marinera o en La Manga degustando un caldero a pie de playa mientras el Mar Menor se insinúa en la orilla a la espera de que vayas.