Las Islas Galápagos son como esos cuadros que solo te permiten apreciar la belleza de sus pinceladas si te acercas lo suficiente. Desde la distancia los volcanes y el terreno accidentado dan a las islas una apariencia inhóspita que poco tiene que ver con la realidad. Una vez dentro de ellas no es muy complicado palpar el paraíso que conforman su fauna única y su tierra prácticamente virgen. Y es que las Islas Galápagos son uno de esos rincones afortunados del mundo en los que el hombre aún no ha dejado su huella.
"¡Una cuarta parte de su fauna se compone de especies endémicas!"
Viajar a las Islas Galápagos es protagonizar una novela de aventuras escrita por Julio Verne; es llegar hasta la orilla en balsa o bote para saltar después, de una en una, las rocas resbaladizas que reposan sobre la arena blanca de sus playas. Allí te esperan experiencias únicas, como el avistamiento de la colonia de albatros más grande del mundo, en la Isla Española o nadar con tortugas y leones marinos en la Isla de San Cristóbal. Vale, es cierto... seguro que todo esto ya te lo habían contado antes; pero, ¿a que nadie te ha dicho que este archipiélago de Latinoamérica fue el escenario de estudio de la teoría evolutiva de Charles Darwin?