¿Puedes imaginar trasladarte de repente a otro tiempo y otro lugar, lejos, a las tierras orientales de las Mil y Una Noches? En eso consiste un viaje a Khiva, en atravesar las murallas de este oasis entre dos desiertos y sentir en la propia piel el escalofrío de estar en plena Ruta de la Seda, en toda una leyenda arábiga. Desde Kalta Minor, el que iba a ser el minarete más magnífico del mundo, hasta el mausoleo del poeta Pahlavan Mahmoud, alrededor del que se enterraban a los khanes y altos dignatarios, hay mucho que ver en la ciudad.
"Solo fueron necesarios 30 días para levantar la muralla que rodea la ciudad"
El mirador de Kunya Ark, la fortaleza del khan de Khiva, es un lugar fantástico desde el que disfrutar de una vista preciosa de Khiva o sacar una buena foto. Además, se pueden explorar la mayor parte de las mezquitas y madrasas de la ciudad ya que, durante la época soviética, se convirtieron en bazares y museos. ¿Te animas a sentirte como Aladino en el refugio donde todavía hoy llegan los viajeros sedientos del desierto?