Visitar la ciudadela inca de Machu Picchu es el sueño de muchos viajeros y, sin duda, una excursión obligatoria en un viaje a Perú. Coger el tren desde Cuzco, Ollantaytambo o Urubamba o pasar la noche en un hotel a los pies del Machu Picchu en el pequeño pueblo de Aguas Calientes son las mejores opciones para hacer una entrada por la puerta grande a las ruinas incas más famosas del mundo. Pero si eres de espíritu aventurero tu visita a Machu Picchu tiene escrito el Camino Inca. Porque sí, esto te llevará más tiempo, pero hará de tu experiencia un recuerdo de lo más auténtico.
“A pesar de que la mayor parte de la ciudad sigue bajo tierra, solo la mitad del Machu Picchu ha sido suficiente para darle el título de maravilla del mundo”
Pero si hay algo que puede dotar de valor la experiencia es hacer una visita guiada: conocer los secretos y misterios que hay detrás de esta ciudadela, adentrarse en una historia convertida en arqueología o perderse por pasadizos y callejuelas que descubren lugares casi surrealistas es sinónimo de poder palpar la grandeza de los Incas. Eso sí, las entradas a Machu Picchu tienen un límite diario así que no lo dejes para última hora no vaya a ser que te quedes sin poder subir a Huaina Picchu y enmudecer con una de las panorámicas mas impresionantes del mundo.