¿Sabías que no es necesario hacer un largo viaje para encontrar el paraíso? La respuesta es: Madeira, “La Perla del Atlántico”, una joya por descubrir. Viajar a Madeira es conocer una de las islas más idílicas del mundo y dejarse cortejar por sus atardeceres de película desde lo alto de sus acantilados, por sus selvas de laurisilva, sus casi caribeñas piscinas naturales y sus rutas de trekking entre cascadas, conocidas como levadas. Pero un imprescindible es subir al pico Areiro y firmar donde pone que esta isla es pura naturaleza, aventura y un regalo para todos los sentidos.
“¡Bienvenidos a la isla de la eterna primavera!"
Porque viajar a Madeira es viajar a un archipiélago volcánico y a una isla que se extiende por las faldas de una gran montaña haciendo que sea tremendamente vertical. La ciudad de Funchal, con un encanto inexplicable, y rodeada de colinas y de arquitectura colonial, es deliciosa por esto y por ser todo un escaparate gastronómico ¡donde no puede faltar la poncha! Pero si hay una visita obligada en tu viaje a Madeira la Isla de Porto Santo, otra gotita verde en mitad del Atlántico, pero esta es todavía más pequeña y desconocida. Si aún te quedaba algo de aliento después de sus paisajes de infarto y sus empinadas cuestas, ¡te espera un viaje a Madeira que te marcará para siempre!