Las islas Svalbard son un archipiélago inhóspito en pleno Círculo Polar Ártico al que el turismo todavía no ha llegado, pero en el que hay infinidad de cosas que hacer capaces de sorprender a los viajeros más curiosos. Porque sí, Svalbard es tierra de auroras boreales y de osos polares, de glaciares indómitos y de fiordos escarpados. Pero, además, estas islas también presumen de una larga tradición minera.
“En este paraíso ártico habitan tantos osos polares que superan en número a los habitantes de esta tierra polar”
En la capital de las islas, Longyearbyen, la noche polar -sí, esa en la que la oscuridad reina las 24 horas del día- dura cuatro meses y regala paisajes helados dignos de postal. En cambio, cuando llega el verano el sol deja de esconderse durante otros cuatro meses que se convierten en la época perfecta para sacar las botas y recorrer los glaciares de uno de los territorios más vírgenes del mundo.