Viajar a Noruega es sinónimo de vivir a plena luz del sol o de estar permanentemente bajo la oscuridad de la noche. Cada época tiene su punto y este país ha sabido sacar lo mejor de cada temporada. Desde la magia de un fenómeno tan único como las auroras boreales hasta el color anaranjado del sol de medianoche, cualquier época es buena para visitar uno de los países más bonitos del planeta.
“¿Qué más se le puede pedir a un país que se ha ganado el título de ser el más feliz del mundo?”
Porque un viaje a Noruega puede regalarte un crucero por los escarpados fiordos noruegos o el trayecto en tren más increíble del mundo. Puede demostrarte que el turismo no está reñido con la autenticidad y que la naturaleza y la cultura pueden ir de la mano y hacer muy buena pareja. Porque lo mejor de Noruega es que siempre hay algo que hacer. ¿Te animas a dejarte contagiar por tanta felicidad?