¡Oh, là, là! Bienvenido al país del vino, el queso y el croissant. Atravesar el río Sena a bordo de un barco parisino, cruzar miradas con la Mona Lisa, pellizcar el cielo en la Torre Eiffel, sentirse de la corte de María Antonieta mientras paseas por Versalles y brindar con el mejor champagne con vistas a le Sacre Coeur son algunas de las cosas que harán que te enamores de París. Pero cuando viajes a Francia tendrás muchísimo más que ver.
“En Francia podrías comer una variedad de queso cada día del año ¡y aún te quedarían quesos sin probar!”
Los gigantescos campos de viñedos, las playas escondidas entre pinos y montañas de la Costa Azul, la “Venecia” verde, el dominio esquiable más grande del planeta, los pintorescos pueblos rodeados de campos de lavandas, los castillos de cuento de hadas, el turismo gastronómico del sur, la riqueza histórica de Normandía… De norte a sur y de este a oeste, el país más visitado del mundo tiene el título más que merecido. Existen infinitos motivos para que viajes a Francia, pero hay algo que tienes que recordar siempre: ¡Nunca rechaces un buen vino!