Absolutamente distinto.
Imaginaos 24 horas de noche cerrada,excepto un par de horas donde el cielo adquiría un tono...tenéis que verlo,no se puede explicar..Una temperatura media de -25,más o menos.Por supuesto,todo hielo y nieve.Cielos estrellados,¡¡auroras boreales!!..naturaleza pura.Una auténtica maravilla.Y luego las actividades...motos de nieve,trineo con perros (hay que verlos,es una maravilla convivir con esos preciosos animales ),raquetas de nieve.La bajada a la cueva de hielo,preciosa,y la comida a la salida,con una bancada que nos hizo el guia,la caña.En fin,todo estupendo.Pero lo mejor ha sido la compañía,ha sido un grupo con el que no dudaría en ir con ellos al fin del mundo.Y nuestro Cicerone,Rober,un encanto,buen fotógrafo y mejor persona.Así que recomiendo conocer ese remoto y helado rincón del mundo.